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Protege los derechos humanos, la dignidad humana y la no discriminación

 La partera defenderá el derecho humano de la salud, los derechos sexuales y reproductivos con un trasfondo de principios de justicia, equidad y respeto a la dignidad humana. Respeta el derecho de la mujer a la privacidad, intimidad y a su autonomía de toma de decisiones. Respeta la diversidad social, étnica y cultural, rechazando cualquier tipo de discriminación. Interactúa de forma respetuosa pero efectiva con personas de culturas y creencias distintas a la suya.

Fisiología del parto

Confiar en la sabiduría del cuerpo de la madre y su habilidad de dar a luz, creer en el embarazo y el parto como procesos emocionales, espirituales, físicos y psicológicos para la mujer y la familia. Minimiza la intervención médica, promueve la libertad de movimiento y posición en el trabajo de parto y que la mujer elija por quién quiere ser acompañada durante el parto. Provee a la mujer asistencia y apoyo continuo durante el embarazo, parto y postparto. Identifica mujeres que requieren de atención obstétrica especializada.

Autonomía y colaboración profesional

Es necesario que la partera cuente con la capacidad de decisión autónoma, la partera tiene los conocimientos y habilidades para dar un servicio bajo su propia responsabilidad, con un código de ética y estándares de práctica y experiencia comprobables. Trabaja en colaboración cercana con otros profesionales de la salud, se basa en una relación igualitaria entre colegas y otros profesionales de la salud, de forma respetuosa y abierta y no jerárquica entre ellos.

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Atención centrada en la mujer

La atención se basa en la colaboración cercana de la mujer, proporcionando información y consejos desde una manera respetuosa, promover su participación y su toma de decisión informada, la mujer es tratada siempre con respeto, cuidado y calidez, cuidando en todo momento su papel protagónico.  

Se promueve la continuidad de la atención de manera constante hasta el postparto. La partera tiene la responsabilidad de brindar información completa, relevante y objetiva, dando recomendaciones basadas en evidencia. La mujer participa de forma activa en la planeación de su cuidado y del recién nacido, asumiendo la responsabilidad de su salud y la de su familia. Es decisión de la mujer ser atendida donde y por quien ella elija, ya se en un hospital, casa de partos o en casa, de tal forma que la partera debe estar dispuesta de estar al servicio.

Prácticas basadas en evidencia

El cuidado está constantemente sustentado por investigación, guías basadas en evidencia y los valores y necesidades únicos de la mujer y su familia. El desarrollo profesional continuo, en donde se mantienen habilidades de cuidado y fomento a la fisiología del parto, manejo de emergencias maternas y neonatales y la educación de la nueva generación de parteras.

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